Ressenyes de producció anteriors
30"canta bien... como el bajo Cristian Díaz al marido burguesón"
"Estupendos también... o el Don Victor de Cristian Díaz"
Spanish soprano Sabina Puértolas was scheduled to perform a single show of “Il Turco in Italia” on June 2, 2023, with cast A, but because of the cancellation of soprano Lisette Oropesa, she wound up singing back-to-back performances on June 1 and 2. Struggling Singers She has a lirico-leggera voice, marked vibrato, modest volume but a present middle register. The problem was that her voice was not even, and there were changes in timbre and projection. She produces a round consistent sound up to A natural, but when she’s singing upwards, such as during the scales of her entrance aria, “Non si da follia Maggiore,” the voice loses its brightness and roundness; as a result, the projection decreases and her voice sounds tired and airy. She has a ringing top register, which she displayed with the strong final D natural of her final aria and cabaletta “Squalida veste….Ah! L’infelice.” She added some staccato high notes in the verse’s repetition “Un marito di tal fatta” during her first act duet with Geronio, including a final strong high D once more. But even with this extra incursion in the top range, it was noticeable that the soprano was more comfortable in the middle range.
Cuando el Teatro Real hace las cosas bien es de justicia reconocérselo. Vaya desde aquí pues mí personal aplauso y homenaje a todo su equipo por haber puesto en pie esta treintena de funciones de La traviata, 'in questo popoloso deserto che appellano Madrid', en pleno mes de julio y con la pandemia amenazando con resurgir de brote en brote. El esfuerzo es encomiable y desde un punto de vista artístico difícilmente cabe aspirar a más, teniendo en cuenta las numerosas limitaciones que se han tenido que asumir. Lo que no termino de entender, a partir de este ejemplar empeño, es cómo siguen cerrados el resto de teatros de España y de Europa. El Real ha demostrado que si se quiere, se puede. Nadie dijo que fuera fácil, pero lo que está claro es que nadie nos va a devolver la normalidad en los teatros salvo que la conquistemos nosotros mismos, a pulmón. Me consta que estas funciones en el Teatro Real han llegado a buen puerto por la cabezonería y empeño de Joan Matabosch, a quien todo el equipo del coliseo ha secundado con entrega y denuedo. El resultado es intachable, desde todo punto de vista. Estas funciones tienen un indudable halo histórico, que el paso del tiempo confirmará.
La Deidamia de Francesca Aspromonte fue para enmarcar. La soprano calabresa es dueña de una voz deliciosamente melodiosa y todo lo que hace resulta natural. Sus agudos son sencillamente prodigiosos. Canto cinco arias y lució en todas ellas.
La estética de la producción lleva el sello de La fura, con profusión de medios técnicos y un sentido del espectáculo que, sobre todo en la segunda parte, coquetea por momentos con lo circense y lo esperpéntico. Es admirable la agilidad con la que Alex Ollé consigue movilizar a un número tan elevado de artistas sobre el escenario. Este calculado orden se desparrama deliberadamente y termina, cuando así lo requiere la tensión dramática, en tumulto y confusión de cuerpos semidesnudos, al estilo de obras como El jardín de las delicias de El Bosco o El triunfo de la muerte de Brueghel el viejo. La gestión esmerada de la orquesta por parte de Juanjo Mena como director musical pone de manifiesto un control pulcro del estilo de ambos compositores, a pesar de su disparidad estilística. La obra de Honegger puede presumir de momentos musicales impactantes tanto por el uso de las ondas martenots en su orquestación como por el complicado entramado polifónico del coro, incluyendo sonidos onomatopéyicos en ocasiones, o la combinación de la orquesta y el coro con el texto hablado. J
Lo que se ofreció en Madrid estuvo reducido a la parte musical, sin coreografías, a cargo del excelente y bien poblado Ensamble Correspondances, con coro (19 cantantes) y orquesta (30 profesores), todos dirigidos por el músico e investigador Sébastien Daucé, a quien se debe la admirable reconstrucción de la obra. El espectáculo quedó limitado por tanto a una sucesión de recitativos y ariosos, a alguna escena cantada, coros y danzas, concentrado todo en la exquisitez de la interpretación y, como señuelo dramático, en el contraste entre la naciente música francesa, con su característico sonido, y la italiana, incluido un Coro de italianos, con su melodismo ya apasionado, como en la escena de Deyanira a cargo de la mezzo Blandine de Sansal.
La temporada del Teatro Real terminó a lo grande en el marco del Universal Music Festival con el estreno en Europa de Hadrian, la segunda ópera del cantautor Rufus Wainwright dedicada a las aventuras amorosas del emperador Adriano (no es imprescindible hablar de Hadrian en la traducción española.) Con ella, el compositor consolida lo que aparecía ya con claridad en su ópera prima, como es la voluntad de componer una ópera en la total acepción y dimensión del género, con una acción comprensible, fórmulas venidas de la gran tradición (arias, dúos, concertantes) y sobre todo una invitación al canto expresivo y emotivo, como hacía mucho tiempo que no se escuchaba en obras escritas en la época actual.
Como parte de la sencilla pero efectista escenografía ideada por Jorn Weisbrodt, se incluyen de fondo centenares de fotografías de Robert Mappelthorpe que sitúan la acción dramática y constituyen uno de los grandes aciertos, como si hubiese sido creada "ex profeso" para la ocasión, entre apolíneas efigies de fuerte carga erótica, imágenes de gran belleza y melancolía y algún retazo de violencia.
And in the hands of director Robert Wilson, Turandot seems almost futuristic. Wilson’s production connects the characters of Turandot with his own affinity for vaudeville and the baroque faces of the commedia dell’arte. Visually, this Turandot is minimalistic, drawing our eye to sharp angles, flashes of saturated colours and, most importantly, to the mask-like faces of the singers onstage. Wilson’s design certainly sets up a world. It’s an untouchable environment, clearly separating royalty from everyone else. Turandot is the centre of it all, costumed in a brilliant spot of red to set her apart.
obert Wilson is such a titanic presence in the theatrical world that for Houston Grand Opera’s latest production of “Turandot,” it’s his name above the title on the Wortham Center marquee. It makes sense, because in many ways, the 80-year-old Waco native is the real star of the show, handling the set design and lighting on top of direction. But in this “Turandot,” [...], singing is only part of the story: Several of Wilson’s signature touches — the immersive lighting, hyperstylized movements and otherworldly atmosphere — are here in full flower.
Tamara Rojo’s Raymonda ticks all the boxes. It boasts a ravishing score to rival Tchaikovsky by Alexander Glazunov (played with gusto by the 65-strong ENB Philharmonic). It has a plot that, in Lucinda Coxon’s rewrite, is plausible and relatable (what woman hasn’t been tempted by a man whom her friends have warned her against?). And it’s a real company showcase, both for Petipa’s original choreography and Rojo’s additions: no dancer is allowed to play it safe (particularly the men, breathtakingly pushed to their limits here), and everyone has a ball.
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“Square Dance” returns this week (Feb. 2-10) to the repertory of New York City Ballet, the company for which it was made. It is informally formal, polite and virtuoso, sweet and outgoing. I’m especially fond of a passage in the finale when the men and women, holding hands, in couples, kick the air behind them with one foot: not an academic ballet step at all, just a folk moment, and wonderfully fresh. When the ballet was new, Balanchine clinched the connection by having a caller onstage whose rhyming lines included “See those feet go wickety-whack!”
Gemma Coma-Alabert y Rocío Pérez se lucieron como Mrs. Meg Page y Nanneta destacando por naturalidad y estilo.
Richard Jones’ production revived with warmth, elegance and added resonance
Café Momus on Christmas Eve is clearly suffering from a waiter shortage; fewer customers too, plus a shrunken crowd milling outside. Otherwise, there are fewer changes than you might expect in Dan Dooner’s Covid-conscious, socially distanced edition of Richard Jones’s 2017 production of Puccini’s masterpiece. The snow continues to drift from the heavens, and the bohemians’ Paris garret hasn’t got any warmer. More to the point for this story of sudden love, poverty and cruel death, the characters still intermingle, embrace, and, in the case of Musetta, bite. Meanwhile, down in the pit, an orchestra of 74 has been stripped down to 47, armed with Mario Parenti’s reduced orchestration. Yet despite much lighter forces, Puccini remains Puccini.
“The role of Trovatore (Manrico) is brought to life by the gifted tenor Limmie Pulliam (Othello, Pagliacci). His tone was remarkably broad and powerful, conveying Manrico’s urgency and desperation. In his two most tender love songs, Pulliam expressed his torment of being torn between romantic passion and family duty flawlessly.”
“Musically, the night was a raging success. Debuting in the role of Manrico, Limmie Pulliam’s silky tenor was exquisite in the pianissimo passages and resonant in the character’s impassioned arias.“
"Cardillac" Hindemitha w reżyserii Mariusza Trelińskiego to triumf muzyki, stawiającej wysokie wymagania słuchaczowi, oraz polskich śpiewaków (...) Druga radosna wiadomość wiąże się z obsadą „Cardillaca". Nie trzeba było sprowadzać zagranicznych wykonawców, aby ta opera z trudnymi partiami wokalnymi i wymagająca świetnej dykcji w języku niemieckim mogła zostać świetnie wykonana na polskiej scenie. W obsadzie nie było słabych punktów, co jest ważne, ponieważ „Cardillac" jest operą zespołową, od wszystkich wymaga kunsztu. Świetnie zabrzmiały więc głosy Wojciecha Parchema (Młody) (...)
W roli Oficera (w inscenizacji Trelińskiego: Młodego) wystąpił Wojciech Parchem, który próbował nie tylko oddać wyrywność chłystka-anarchisty, lecz także pewnie wykonywał wszystkie mordercze dźwięki tej tenorowej partii.
