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6Definitivamente un espectáculo colorista, dinámico y fresco que contagió y capturó la atención infantil, ya que en algunos episodios la sala completa formaba parte de la acción
La propuesta estética fue deliciosa, llena de contenido, colorido, simbolismo y folklore rico en información artística. Fluyendo a un ritmo muy de agradecer. A pesar de ser una producción externa, del Teatro de Ópera de Tenerife, todo parecía hecho para la ocasión, y le sentaba como un guante a la noche sevillana. Raúl Vazquez (dirección de escena) y Carlos Santos (diseño de escenografía) presentaron una puesta ágil y muy certera. Situaron la acción dentro de una plataforma giratoria en el centro del escenario, rodeada de lo que representa los muros de los diferentes espacios escénicos. Y de fondo, un decorado más cambiante lleno de detalles de inspiración andaluza: el naranjo, la reja, la luna o la cabeza de toro que Vázquez deja aparecer en su justo momento para enfatizar ese significado simbólico triangular. Y así acompañar la visión trinitaria de la unión fatal de los protagonistas. El realista vestuario diseñado por Massimo Carlotto, de líneas y formas equilibradas, nos regaló una mascletá visual de elegancia y colorido, donde el rojo (desde el amoroso romántico al pasional sanguíneo) dejó claras sus intenciones de convertirse en uno de los protagonistas.
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6“En el apartado estrictamente musical celebramos la dirección de Óliver Díaz, quien con esta ya ha culminado todas las facetas posibles del Maestranza, la Sinfónica la pasada temporada, la zarzuela con "La tabernera del puerto" y "Los diamantes de la corona", y el ballet con "Giselle". Conocedor de las posibilidades de la orquesta, aprovechó al máximo su calidad y extrajo de ella un sonido voluptuoso y espectacular”
“(…) y por supuesto, esta rica colmena teatral no podría sostenerse sin una orquesta que lo ligara, como el mejor de los pegamentos. Y la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla estuvo a la altura bajo la atenta y cuidadosa batuta de Óliver Díaz, (…), regaló a nuestros oídos colores amables, cálidos y brillantes en un equilibrio más que convincente.”
Davide Giangregorio (il Conte Rodolfo), che abbiamo recentemente apprezzato anche nel “Guglielmo Tell”, si riconferma un basso di bel carattere, sia scenico che vocale: ha dalla sua senz’altro un mezzo considerevole e un fraseggio naturalmente nobile in linea con il ruolo. GBOpera
Bella voce grave, scurissima, di ottimo volume. Eccellente nel primo atto con l’aria “Vi ravviso, o luoghi ameni”...
Buona impressione desta anche il giovane Davide Giangregorio nel ruolo del Conte Rodolfo. La voce è emessa con morbidezza ed il colore da basso cantabile è indubbiamente gradevole; caratteristiche che gli consentono di mettersi positivamente in evidenza sin dalla stupenda aria “Vi ravviso, o luoghi ameni”. Nel prosieguo della recita Giangregorio convince per sicurezza vocale e autorevolezza scenica. OperaClick
