La zarzuela, género musical escénico original de España, bebe de diversas fuentes tales como la ópera y el teatro y el ella confluyen estos para dotarla de secciones instrumentales, fragmentos vocales y partes habladas. Su nombre se debe al recinto en el que se comenzaron a representar estas obras en el siglo XVII, el Palacio de la Zarzuela, pabellón de caza rodeado de zarzas a las afueras de Madrid y lugar de reunión de la corte que asistía como público a las mismas. A pesar de que se ha perdido la música de las primeras zarzuelas de las que se tiene constancia, conocemos el título y los autores de algunas de ellas como “El jardín de Farelina” con música de Juan Hidalgo (1660-1685) y libreto de Calderón de la Barca, principal autor de zarzuelas de este momento. Entre los grandes maestros que destacaron en este género podemos igualmente mencionar a Sebastián Durón (1660-1716), Antonio de Literes (1673-1747) o José de Nebra (1702-1768) entre otros. Son, por otra parte, grandes literatos de la altura de Calderón de la Barca (1600-1681) o Lope de Vega (1562-1635) sobre quienes recae la autoría de los textos a los que se solía recurrir para los libretos de estas obras. A pesar de que, como ya se ha comentado, los orígenes de la zarzuela se basaron en prácticas teatrales anteriores que rápidamente hicieron sitio a este nuevo género de teatro musical. Así pues las primeras obras escritas combinaban músicas que eran muy familiares al público español del momento con diálogos hablados introducidos en dos actos de afables tramas pastoriles y rurales muy idealizadas, lenguaje sencillo y mayor comicidad que la ópera. Tras la muerte de Calderón e Hidalgo llegó la verdadera transición de esta forma autóctona de música a una versión mucho mas influenciada por Italia repleta de recitativos, arias da capo, ornamentaciones y melismas floreados, ritornelli orquestales… Es aquí en este contexto donde podemos ubicar “Acis y Galatea”, una zarzuela en dos actos con música de Antonio de Literes y texto de José de Cañizares (1676-1750), estrenada el 19 de diciembre de 1708 en el Coliseo del Buen Retiro de Madrid. El argumento de “Acis y Galatea” está tomado de “La Metamorfosis” de Ovidio, despojada la historia, al menos en parte, de su solemnidad original para así adaptarse al canon y los arquetipos propios del género que nos ocupa. Tras su éxito en el estreno, festejo del vigesimoquinto aniversario de Felipe V, “Acis y Galatea” pasó a los teatros públicos de la capital y se tiene constancia de al menos cinco reposiciones en esta ciudad, además de posteriores representaciones de Valencia y Lisboa; se puede afirmar por ello que fue una de las zarzuelas más populares de la primera mitad del siglo XVIII.
