El sinfonismo de Franz Joseph Haydn abrirá el concierto con una obra vistosa y ligera de 1763, en la que el equilibrio galante sale a la luz y muestra una variedad de humores que contrastan entre sí.
La Sonata para violín de Maurice Ravel será interpretada en la versión para orquesta escrita por Yan Maresz, una pieza protagonizada por el violín de Renaud Capuçon, quien conoce bien esta partitura, en diálogo con la OBC. El intérprete francés también interpretará la segunda Romanza para violín de Beethoven, considerada la antesala de su famoso concierto.
La última sinfonía de Mozart, que en 1788 culminó un tríptico justificadamente mítico, se conoce con el apodo de “Júpiter”, un apelativo que, pese a que no fue asignado por su autor, hace justicia a las dimensiones de la obra y, sobre todo, a su espíritu: poderoso desde el movimiento inicial hasta el molto allegro en fuga, parece proyectarse infinitamente.
