Entrando en la función que motiva este artículo he de decir que me pareció, en general, una función bastante limitada, con algún elemento positivo. Lo mejor, con diferencia, la voz de la joven Ana Sagastizabal, una soprano de limpia emisión, con volumen adecuado y estilísticamente acertada, una cantante a la que me gustaría tener la oportunidad de volver a escuchar. Su alter ego, el patrón