Massimo Cavalletti cumplió con su habitual aplomo con el adusto Conde de Luna, bien en lo dramático, sumándose al final también en lo vocal al nivel general, como también Manuel Fuentes –que debutaba en rol y plaza–, quien compuso un buen Ferrando con su voz oscura, de buena sonoridad y bien proyectada. Como comprimarios, Nora Carrasco, Gabriel Álvarez y Manuel García, –todos también debutantes en sus roles– se desempeñaron igualmente con notable nivel.