En esta ocasión, la acción, inicialmente concebida en la Bolonia del siglo XVIII, se traslada a Broadway, en el Nueva York de los años cincuenta, y más específicamente a la pastelería Geronimo & Co. La idea ha sido bien realizada por el director de escena Roberto Catalano, que ha conseguido que el espectáculo sea creíble y ameno, reflejando a la perfección esta época de la historia estadounidense